Creo que para hablar de la danza en España es preciso hacer un poco de historia y analizar la problemática de los últimos 20 ó 25 años. Es necesario entonces que nos vayamos a la década de los noventa, período que marca la muerte del ballet clásico en el país. La designación del famoso coreógrafo y bailarín Nacho Duato como director de la Compañía Nacional de Ballet Clásico acarrea una gran pérdida patrimonial, no por culpa de este artista, que se limitó a hacer aquello en lo que poseía un gran oficio, sino que es la política orientada desde el Ministerio la que va a quedar en cuestión hasta nuestros días.
De izq. a Derecha: D, Alberto García Castaño, Tamara Rojo y D. Pedro González-Trevijano, Rector Magnífico de la Universidad Rey Juan Carlos.
Duato es un bailarín que se incorpora tardíamente al mundo de la danza, dotado de unas condiciones físicas excepcionales para la danza contemporánea, y que había logrado, en poco tiempo, destacar en las filas del Nederland Dance Theatre de la mano del coreógrafo y director holandés Jiri Kiliam.
A principio de los años noventa le reclama el Ministerio de Cultura español para ponerle al frente de la Compañía Nacional de Ballet Clásico. Nacho Duato decide reconvertir la agrupación, bajo el nombre de Compañía Nacional de Danza , con todo el acento en la danza contemporánea, provocando que la plantilla del Ballet Clásico quede relegada e iniciándose un contencioso que va a durar casi diez años, con el resultado final de la pérdida de toda una generación de jóvenes bailarines.
Un golpe mortal para el ballet clásico y un cambio radical en el rumbo de la danza teatral en España. Es el comienzo de la era Duato. Durante veinte años el coreógrafo y bailarín va a poder desarrollar todo su potencial creativo, logrando que la Compañía se identifique como una «compañía de autor», lo que se refuerza con la confusión de siglas que van a constituir la marca identificativa de la agrupación que dirige: la CND, Compañía Nacional de Danza o «Compañía Nacho Duato».
No es menos cierto y no se puede negar el mérito de este creador que hace de la agrupación una de las más reconocidas a nivel internacional dentro de la danza contemporánea.
Era muy importante dar paso a las nuevas corrientes de la danza, pero no en detrimento de una parte importante del legado patrimonial que encierra la danza clásica. Esto provocó un impacto de consecuencias imprevisibles: frustración de una generación entera de bailarines, detrimento de las enseñanzas artísticas de la danza, el reclamo popular por la recuperación de esta disciplina y el éxodo de grandes figuras de la danza, desde las primeras obligadas a emigrar como Arantxa Argüelles o Trinidad Sevillano hasta las grandes figuras de la actualidad que ocupan los primeros puestos en las compañías más reconocidas del mundo. Personalidades muchas veces, sólo conocidas para la gente del sector y casi inexistentes para la población en general.
Como ejemplo puedo citar a Tamara Rojo (estrella del Royal Ballet de Londres y Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2005), José Carlos Martínez (estrella del Ballet de la Ópera de París), Zenaida Yanowki Robles (estrella del Royal Ballet de Londres), Joaquín De Luz (estrella del New York City Ballet), Yuri Yanowky Robles (estrella del Boston Ballet), Alicia Amatriain (estrella del Stuttgart Ballet), Lucía Lacarra (estrella del Ballet de la Ópera de Munich), Carlos López (bailarín principal del American Ballet Theatre) y Ángel Corella (estrella del American Ballet Theatre), entre otros muchos que harían esta lista interminable.
Soy optimista acerca del panorama de la danza clásica y sé que España recuperará el esplendor de antaño y la Compañía Nacional de Ballet Clásico ya no será un sueño, sino una hermosa realidad.
Estamos dando pasos, lentos pero firmes, como el programa nacional de apoyo a la Danza Clásica que está orientado a los profesionales que cursan la formación superior en el país y que ha sido puesto en marcha por el Instituto Universitario de la Danza “Alicia Alonso” de la Universidad Rey Juan Carlos, y que cuenta con el apoyo de los ministerios de Cultura y Educación y el Ayuntamiento de Fuenlabrada. Este programa ha permitido al Ballet de Cámara de Madrid (unidad de prácticas escénicas de esta Institución) rescatar cada año, con la ayuda de destacados «Maîtres», piezas del repertorio clásico internacional. Ya hemos recuperado piezas emblemáticas como «Paquita», el segundo acto del Ballet «Giselle», «Coppelia», «Las Sílfides», «La Noche de Walpurgis» y actualmente estamos trabajando en «El Baile de Graduado» y el «La Fille Mal Gardée».
De este modo, cada año un nuevo ballet se suma a las campañas de formación de nuevos públicos, incluyendo un proyecto dirigido a los colegios que cada primavera acoge más de diez mil espectadores entre niños y adolescentes.
En cuanto al resto de manifestaciones, la danza contemporánea sigue abriéndose paso entre un público cada vez más aficionado y la danza española ha tenido en los últimos cincuenta años un extraordinario desarrollo, y su éxito dentro y fuera de España le convierte en una de la manifestaciones más emblemáticas de nuestra cultura.
La Cátedra de Danza “Alicia Alonso”, hoy Instituto Universitario de la Danza “Alicia Alonso”, cumplirá veinte años en el próximo mes de febrero.
Hemos puesto en marcha las primeras titulaciones de danza en España con equivalencia plena a Licenciatura Universitaria, así como la formación de Postgrado y Doctorado para las disciplinas de Artes Escénicas, hemos sido los primeros en adaptarnos a Bolonia y en conseguir que nuestras titulaciones cumplan los estándares que establece la Agencia Europea de Evaluación de la Calidad y que estos títulos, a día de hoy sean reconocidos en 46 países sin necesidad de homologación. Por otra parte hemos impulsado el desarrollo artístico mediante acuerdos con prestigiosas instituciones como el Royal Ballet de Londres, el Real Ballet de Dinamarca, la Fundación del Ballet de la Ópera de Roma, la Fundación del Béjart Ballet de Lausanne, el Ballet Nacional de Cuba entre otros. Se ha trabajado en la investigación científica para el desarrollo de las terapias del Arte con acuerdos con la Organización Nacional de Ciegos, la Asociación de Síndrome de Down de Logroño, y las investigaciones con personas con parálisis cerebral, financiadas por la Comunidad Autónoma Vasca.
En el ámbito internacional desarrollamos el programa de creación del Centro Regional Iberoamericano para el Desarrollo de las Artes Escénicas, la Música y la Comunicación Audiovisual, un proyecto aprobado por unanimidad en la 176 Reunión del Comité Ejecutivo de la UNESCO, cuyo objetivo es crear un espacio Iberoamericano de Educación Superior de las Enseñanzas Artísticas cuya finalidad es que las titulaciones superiores de estas disciplinas de los países de la Subregión de Centroamérica y Caribe sean reconocidas en el marco de los 46 países que conforman el Espacio Europeo de Educación Superior .
Partiendo de este proyecto, desde hace cuatro años se desarrolla un programa de becas mayoritariamente orientado a la formación de postgrado, centrado en la República Dominicana, al que se han acogido becarios de otros países como Cuba, Chile, México, Puerto Rico, Costa Rica, Colombia, Brasil, Chile, Uruguay y Argentina.
Por todo esto en 2005 la Fundación Cultura Viva, creada por un grupo de académicos del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de España, otorgó al Instituto Universitario de la Danza “Alicia Alonso”, el Premio Nacional a la Mejor Institución de Enseñanzas Artísticas, por su excelencia académica, su impulso a la creación artística de calidad y su proyección internacional.
Actualmente el Instituto cuenta con casi cuatrocientos estudiantes, y aunque mayoritariamente son españoles contamos con alumnos belgas, húngaros, rumanos, estadounidenses, alemanes, griegos, italianos, venezolanos, chilenos, uruguayos, brasileños, dominicanos, argentinos, cubanos, y chinos, entre otros.
España trabaja para crear una cantera de buenos bailarines, aunque todavía está muy lejos de poderse crear la escuela española de ballet, ya que una escuela no se entiende como un centro formador de bailarines, es mucho más, es una metodología de enseñanza que debe abarcar todos los centros formadores de bailarines, lo que conlleva una forma de utilización de la técnica que refleje la naturaleza expresiva y el temperamento del pueblo, un método que pasa por una estética de las puestas en escena donde resulte identificable la idiosincrasia del pueblo español y todo esto tiene una condición sine qua non, la existencia en primer lugar de una Compañía Nacional de Danza Clásica. Un sueño que espero algún día se haga realidad.
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Alberto García Castaño es actualmente director del Instituto Universitario de la Danza “Alicia Alonso” de la Universidad Rey Juan Carlos. Profesor de Antropología e Historia de la Danza y coordinador del Máster Oficial en Artes Escénicas de la Universidad Rey Juan Carlos.
Director del Proyecto de creación del Centro Regional Iberoamericano de las Artes Escénicas, la Música y la Comunicación Audiovisual. Programa de ámbito regional que abarca Centroamérica y Caribe. UNESCO.
Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de La Habana. Doctor en Integración Política, Social e Institucional de la Unión Europea del Departamento de Economía Aplicada IV, Facultad de Política y Sociología, Universidad Complutense de Madrid.
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