Vino a Nueva York con motivo de una estancia en el ISCP, International Studio and Curatorial Program en Brooklyn. Maroto, que lleva alrededor de siete años viviendo y trabajando en Holanda, ha sido esponsorizado por dos instituciones holandesas. “Cuando buscaba ayuda para financiar mi residencia en ISCP, solicité hasta en once instituciones y organizaciones españolas diferentes. La respuesta fue nulo apoyo. En Holanda, solicité en tres y me dieron ayuda en dos. Creo que esto resume bastante bien mi opinión sobre las ayudas a los artistas visuales en España”.
David Maroto, «Disillusion». Proyecto artístico en forma de juego de mesa. Exposición en S.M.A.K. ( Bélgica).
Maroto destaca el cambio de energía en la ciudad y la posibilidad de llevar a cabo los proyectos de una manera mucho más directa. “Parece ser que la cultura americana favorece la iniciativa propia. Si uno tiene ideas e ímpetu para llevarlas a cabo, el contexto responde positivamente. Si algo ha de suceder, eso queda claro desde el primer momento. En Europa, en mi opinión, las cosas se mueven a otra velocidad, y a veces buenos proyectos no se realizan por falta de energía en el ambiente y en las personas”.
Maroto se muestra crítico con el sistema artístico español y la politización de éste: “Creo que en España el sistema artístico está demasiado unido a la política, o mejor dicho, a los políticos. La práctica artística a cualquier nivel no está emancipada, lo cual impide su profesionalización. Hace un par de años descubrieron que, en lugar de a dedo, se puede elegir directores de museos por concurso internacional. Yo leía artículos de críticos y artistas españoles celebrando el cambio como si hubieran descubierto la pólvora, cuando en realidad es una práctica normal en cualquier país de Europa”.
Además, opina que no existe una política cultural, y no se confía en el potencial creativo propio lo que según el artista es una de las causas principales de la fuga de talentos a otros países, “hay mucho retraso en eso, es uno de los flecos a los que no ha llegado la Transición y está pendiente de su modernización”.
Al preguntarle acerca de Nueva York como un paso importante en la carrera de un artista, Maroto considera que es importante para un artista buscar un lugar en el que su trabajo pueda tener posibilidades o una respuesta más positiva pero tiene claro que ese lugar no tiene por qué ser necesariamente Nueva York. “Se trata de ir allá donde el trabajo de uno es apreciado, donde puede encontrar gente que hable su mismo lenguaje y comparta su visión de las cosas”.
En esta estancia de seis meses en la ciudad Maroto ha establecido relación profesional con el ISCP, EFA Project Space, 601 Art Space, Center for Book Arts. El artista, que volverá a Holanda próximamente, no contempla por el momento España como una posibilidad. “A España volvería en el momento en que las condiciones de trabajo fueran dignas. Hasta el momento, encuentro que puedo desarrollar mi trabajo en muchas mejores condiciones con base en Holanda, quizá en Bélgica, o incluso Nueva York. Cuando pueda decir lo mismo de España, volveré”.
Eva Mendoza Chandas
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