Juan Uslé se trasladó a Nueva York a finales de los años 80 junto a su mujer, la también artista Victoria Civera, con al apoyo de una beca Fulbright: «Creo que para nuestra generación, bien por el cine, por el arte, o la literatura, Nueva York fue siempre un lugar mítico; sobre todo a partir de los años cincuenta. Teníamos la idea de que aquí, en esta ciudad, pasaban muchas cosas y de que también pasaban por aquí las cosas de interés que se hacían fuera.»
Juan Uslé durante la inauguración de la exposición «Nudos y rizomas», celebrada de enero a mayo de 2010 en el museo Es Baluard de Mallorca. Imagen cortesía de Es Baluard.
Uslé recuerda los primeros años en su estudio de Williamsburg con una mezcla de excitación y dificultades, «al poco de llegar cayó una gran nevada, de esas que paralizan la ciudad, y nos dejo prácticamente aislados por una semana en nuestro estudio-reducto de Williamsburg. No había más vecinos en el edificio, ni entendíamos prácticamente inglés, por lo que nos sentíamos dentro de una especie de voluntario pero extraño secuestro. A veces nos llamaba el crítico de arte americano Dan Cameron, muy vinculado por entonces a España y que hablaba castellano y nos animaba un poquito».
El artista rememora algunos buenos momentos en los que se juntaba con otro grupo de desplazados en Nueva York, «solíamos vernos los miércoles y jugábamos un partido de fútbol o balonmano en Tompkings Square».
Para Uslé lo mejor de vivir en Nueva York además de la oferta cultural de gran calidad es el hecho de seguir sintiéndose como un extraño, a pesar de los años y de conocer aquí ya a mucha gente. «A España la quiero mejor desde Estados Unidos, pesa menos, y desde aquí tienes una distancia magnífica para apreciarla mejor. En Nueva York me siento más libre y despojado, más desnudo, eso me da fuerzas y una gran libertad de movimiento y sobre todo de pensamientos. Me encanta desaparecer en el encierro de mi estudio y sentir la complicidad, el silencio de los demás. Esto en España cuesta conseguirlo».
El pintor cántabro se siente especialmente unido a varios lugares en Nueva York, como el Williamsburg Bridge, Washington Square, y el Chrysler Building, pero admite que su favorito es un rincón en su estudio neoyorquino por el que entra la luz.
Uslé ha expuesto en numerosas ocasiones en la ciudad de los rascacielos. Su obra ha podido verse frecuentemente en exposiciones colectivas y en individuales en galerías del Soho y Chelsea, «al principio sobre todo era muy emocionante ver tu obra expuesta a los ojos y crítica neoyorkinos, y aún hoy cada proyecto o exposición conlleva y genera una gran carga de ilusión y de energía».
El artista, a caballo entre España y Estados Unidos, se considera afortunado por poder contar con estas dos opciones que de alguna manera se complementan, «en ambos lugares me siento bien, aunque lo hago a un ritmo de implicación diferente. En el campo, en Saro, recupero sistemas y emociones muy primarias, relacionadas con mi infancia y en Nueva York he descubierto otra naturaleza, en los cruces, los colores, la arquitectura y las fusiones de la ciudad. Me alegro de tener ambas opciones y necesito las dos».
El pintor participó recientemente en la feria de Basel y actualmente está exponiendo en Barcelona, en la Galería Joan Prats; luego lo hará en Madrid y en París, en las galerías Soledad Lorenzo y Lelong respectivamente. También tiene varias exposiciones en preparación para el CGAC, Centro Gallego de Arte Contemporáneo de Santiago de Compostela, y el Kunstmuseum de Bonn, en Alemania.
Uslé se muestra cauto a la hora de dar consejos a los artistas más jóvenes. «No me atrevo a dar consejos generalizando, porque sólo sirve lo que uno elije o necesita. Sólo me atrevo a decir que si sientes con intensidad, respétate y escúchate, y aprende a decir lo que sientes y lo que piensas. Y dínoslo, desde el medio que te sea más afín».
Eva Mendoza Chandas
Fuente: Spanish Creators in New York
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