El artista Juan Aizpitarte presentó una exposición en Canadá fruto de la experiencia vivida en las dos residencias realizadas en Canadá y Colombia durante los meses de noviembre y diciembre del pasado año con el apoyo del Instituto Vasco Etxepare.
Cortesía del Instituto Vasco Etxepare
Su trabajo parte fundamentalmente del video, la escultura, la instalación y la acción pública. Son dos las residencias que este artista ha realizado en los últimos meses. En noviembre, realizó la residencia en el Banff Cetre for the Arts de Canadá donde analizó e investigó el cuestionamiento interno de los formatos, soportes y espacios de representación de las prácticas artísticas. Allí participó en 2Decapited Museum como artista seleccionado entre toda una serie de candidaturas.
En el mes de diciembre se trasladó a Colombia para realizar la residencia Campos de Gutierrez en Medellín. Su objetivo era analizar a través de la herramienta creativa, las situaciones del entorno social.
Juan Aizpitarte (Donostia-San Sebastián, 1974) comenzó sus estudios en la Facultad de Bellas Artes de Lejona (Universidad del País Vasco). Especialidad de Escultura, graduándose en 1998 en la École Nationale Superieure de Beaux-Arts de Burdeos (Francia). El mismo año empieza una colaboración con la Asociación zebra 3 en el Catálogo Buy-Self y en 1997 con la revista «Permanent Food».
La obra de Juan Aizpitarte parte fundamentalmente del vídeo y la instalación, apareciendo y desintegrándose tras diferentes estrategias y disciplinas artísticas, como la performance, la serigrafía, el sonido, la escultura, el vídeo y la fotografía. En sus últimos trabajos el juego se impone como forma de comunicación introduciendo al público como parte sus obras. Investiga e interviene en los territorios de la urbe a través de acciones en y sobre el espacio urbano que permiten repensar, desde el activismo social y de intervención mediática, el mundo contemporáneo en cuestión, mientras que en sus obras videográficas tras un aparente distanciamiento, introduce estas cuestiones desde una postura más introspectiva y de deriva existencial impregnado de una sutil ironía.
Aunque es cierto que hasta el final de sus estudios ocultó su relación con el graffiti, en Francia encontró una libertad formal que le permitía seguir investigando en la relación entre lo académico formalista y lo salvaje emocional.
Además de su trabajo de producción artística, desarrolla en paralelo otras líneas de gestión y dinamización de proyectos culturales de activismo y participación ciudadana . Ha impulsado y dirige la creación de la asociación artística Línea Curva, que desde Donostia-San Sebastián establece flujos de colaboración en red fundamentalmente en el eje Atlántico.
Fuente: Instituto Vasco Etxepare/ Juan Aizpitarte
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