Aldo Rubino, en una de las salas del MACBA.
Por Mar Sierra Martínez.
Si uno repasa los cambios culturales que está viviendo Buenos Aires, no puede pasar por alto la reciente apertura del MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires). Este museo, ubicado en el barrio de San Telmo, junto al Museo de Arte Moderno de la Ciudad, nace como un punto de encuentro en torno a la abstracción geométrica. Hablar del MACBA es hablar de Aldo Rubino, ideólogo y “alma páter” del museo. Es su pasión por las líneas, ángulos y colores la que le ha motivado a coleccionar obras de artistas geométricos tanto argentinos como del extranjero durante años. Con este proyecto materializa su sueño de poner a disposición del visitante su colección, convencido de que “arte y cultura son los mejores medios para mejorar la sociedad”.
Tras años coleccionando arte, decide ubicar sus obras en un museo. ¿Cómo vive la creación del MACBA?
Para mí es el cumplimiento de un sueño. Además, me permite colaborar con la cultura de mi país a través del arte.
Hace poco declaró, refiriéndose al arte: “te llena el alma, no los bolsillos”. ¿Qué le da?
El Museo y la actividad de coleccionar me llenan de felicidad y energía. Pero, sobre todo, me hacen sentir realizado como ser humano.
Su colección no siempre fue geométrica. ¿Se podría decir que Kandinsky cambió su vida?
Sin duda diría que fue el artista que más me conmovió y que seguramente puso la primera semilla en la línea de la colección y en la propuesta distintiva de este museo.
¿Cómo es su colección?
La colección prioriza en la riqueza de la abstracción geométrica internacional, como fuente de belleza y cultura a través de la simpleza de mensaje visual. Creo firmemente que este movimiento produce un acercamiento por igual de aquellos que están formados en arte como a los que no lo están.
Como coleccionista, ¿ ve con buenos ojos el mecenazgo en Argentina?
Creo que está creciendo paulatinamente. Es importante no sólo esperar algún tipo de asistencia gubernamental, sino que cada persona con posibilidades incremente los actos de desprendimiento material que busquen el bienestar colectivo. Estoy convencido de que el arte y la cultura son los mejores medios para mejorar la sociedad en su conjunto.
En su discurso se repite la idea de educar, la intención de mejorar la sociedad a través del arte, la pretensión de llegar a todos. ¿Democratizar el arte es una de sus prioridades?
Para mí es fundamental la función social del museo. Nada mejor para cumplir este objetivo que multiplicar sus actividades educativas para la comunidad.
¿Es importante dar valor a lo cultural en una sociedad como la actual?
Creo que la cultura es una necesidad fundamental para el ser humano y una obligación moral ineludible de los países brindarla a todos sus ciudadanos. Pienso que también es una responsabilidad, para aquellos que alcanzan el éxito en sus actividades profesionales, destinar parte de sus logros al beneficio de la comunidad. La educación es un bien tan indispensable para el ser humano como la salud y la alimentación. Una persona sin cultura es fácilmente doblegable por gobiernos autoritarios y por los vicios existentes en la sociedad.
El arte geométrico parece una buena vía para cumplir su propósito. ¿Porque no es necesario ser un erudito para disfrutar de él?
En este caso, el encuentro entre la obra y el observador se produce de una forma simple, atraído por elementos que abundan en lo cotidiano, como las líneas y los colores; elementos que muchas veces por la vorágine de la vida nos olvidamos de disfrutar.
Fachada MACBA, en San Telmo.
Entiende el museo como un lugar de encuentro.
El museo, a través de nuestra colección y de nuestras exhibiciones temporales, es un espacio para el encuentro con obras que despiertan los sentimientos más profundos del ser humano, que se disparan a través de la belleza interior que produce reflexionar con todos los sentidos ante el color y las infinitas combinaciones de líneas puras de cada obra de arte.
El arte geométrico es un movimiento que no pierde vigencia (formó parte de las vanguardias, atravesó el siglo XX y sigue hasta el XXI). A su juicio, ¿qué le hace permanecer?
Creo que la permanencia se debe a su presencia en elementos con los que convivimos diariamente. Los colores y las líneas son parte indispensable de nuestra existencia.
De las obras del MACBA, ante cuáles podríamos encontrarle.
Vasarely, Le Parc, Sobrino, Cruz Díez… Me apasiona la geometría y el color.
Haga balance. ¿Cómo se plantea el futuro?
El balance es muy bueno, el centro se ha instalado como una alternativa de museo y de salida cultural, con un perfil distinto a las propuestas existentes.
El futuro es promisorio, hay mucho por hacer y el desafío es diario. Nuestro objetivo principal es la educación y la proyección internacional como forma de promover nuestra institución, enriquecer nuestras propuestas, acrecentar los vínculos con la comunidad cultural y promocionar a nuestros artistas en el contexto global.
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