Las Islas Baleares tienen un marcado carácter de micromundo, puesto que el isleño, forzado a una autarquía relativa, ha procurado encontrar en todas y cada una de las islas que conforman el archipiélago los recursos necesarios para crear un pequeño universo. Cabe destacar el numeroso grupo de importantes artistas que, sobre todo durante el siglo XX, recalaron en estas islas enclavadas en medio de un luminoso mar, cuna de mediterraneidad, donde desarrollaron acciones y lenguajes de magnificencia y absoluta personalidad.
Imagen perteneciente a la exposición «Illart». Cortesía de la Real Academia de España en Roma.
Muy a menudo las Islas Baleares han sido identificadas como paraíso de la pintura por las extraordinarias condiciones que en ellas se dan para la creatividad. Durante el primer tercio del siglo XX, su proyección internacional y el triunfo de nuevas corrientes plásticas acentuaron este calificativo.
Los artistas procedentes de otras tierras que, atraídos por el reclamo de esas nuevas tendencias, descubrieron las posibilidades que ofrecía el paisaje mediterráneo —el cual permitía establecer una escenografía en la que podían combinar la mesura de los clásicos y el color dionisíaco de este microcosmos—, no dudaron en formar una extensa comunidad pictórica, que dio paso al fructífero y revolucionario movimiento cultural de su época.
Una de las claves de su innegable atractivo es el aspecto de mosaico del paisaje de las islas. Un entorno narrado y cantado por artistas y poetas que, a lo largo de todos los tiempos, se han sentido subyugados por su luz distintiva y cambiante, que les estimula y espolea hasta lograr plasmar o codificar sus vibrantes efectos y afectos en sus obras.
Los artistas Ñaco Fabré (Palma, 1965), Guillem Nadal (Sant Llorenç de Cardassar, 1957), Edwin Bechtold (Colonia, 1923), Robert Ferrer i Martorell (Valencia, 1979) y Pep Llambías (Alaró, 1954), que integran la exposición «Illart» comisariada por Gudi Moragues, profundizan de forma rigurosa en los campos de los modernos sistemas creativos y analíticos de las relaciones. Conducen la pura manifestación luminosa a la interiorización visual y su trabajo nos remite a la máxima de Russell: «Siempre que alguien tenía el deseo de intoxicación celestial recurría a la música. Pero el color y el arte son tan capaces como la música de proporcionar los mayores éxtasis y placeres».
Fuente: Real Academia de España en Roma
Titulo del evento: «Illart»
Sede: Real Academia de España en Roma
Ciudad: Roma
País: Italia
Fechas: Del 8 de abril al 8 de mayo del 2013
Comentarios cerrados