The Dabic, de Mari Bastashevski. Por Marta Dahó
La obra fotográfica de Mari Bastashevski (San Petersburgo, 1980) aborda los mecanismos del poder oficial a través de proyectos a largo término en los que emergen las coyunturas específicas de las disfunciones de la maquinaria gubernamental, como podrían ser los ultrajes a la población civil y los abusos de poder que anteponen intereses individuales al bien de la comunidad. La práctica fotográfica de Bastashevski, sin embargo, está lejos de ser ingenuamente bienintencionada y de hacer uso de la imagen como prueba irrefutable de un documentar comprometido. Muy al contrario, su enfoque se plantea desde una perspectiva crítica y compleja del medio, asumiendo los retos que actualmente afronta la fotografía documental.
El ámbito donde ha elegido llevar a cabo su investigación ha sido principalmente la realidad social de Europa del este. Es el caso de sus proyectos realizados en Chechenia: File-126. A Topography of Abductions in The North Caucasus, en el que se afronta la cuestión de dar imagen al secuestro como arma de guerra contra los civiles; Weekend, un proyecto que trata sobre las estrategias para entorpecer la identificación de fosas comunes a través de la promoción inmobiliaria de nuevos emplazamientos de ocio y educación; o, por citar un tercer ejemplo, Priviledge/Confidencial, un proyecto en el que Bastashevski lleva a cabo un estudio sobre los efectos provocados por los 27 años de política totalitaria de Tito en la estructura interna del poder gobernante de la ex Yugoslavia y la actual distribución de poderes en la sociedad de los Balcanes.
Ante la magnitud y la complejidad de tales cuestiones resulta ineludible preguntarse con qué modalidades puede el medio fotográfico seguir aportando conocimiento y sentido. A este respecto, no se pueden pasar por alto las limitaciones tradicionalmente ignoradas, así como los peligros asociados a una epistemología de la verdad que las prácticas conceptuales tanto contribuyeron a desmantelar y que fue tan cuestionada por artistas tales como Allan Sekula o Martha Rosler.
La práctica fotográfica de Bastashevski es de carácter documental, si bien pertenece a ese grupo de artistas para los que la cuestión esencial de dar visibilidad a aquello que todavía no ha sido mostrado hasta ahora no es de orden cuantitativo, ni exclusivamente de carácter temático. Se trate de una invisibilidad provocada, un punto ciego que no ha querido ser constatado (overlooked), se trate de dotar de imagen a algo que no puede tenerla -como el vacío que deja un familiar secuestrado- (es decir, imageless) o de algo que sería imposible representar (inpicturable), el planteamiento de Mari Bastashevski responde a un interés tanto por revisar los dictados ideológicos que han legitimado esa ocultación como por atender aquello que ponen en juego los parámetros discursivos con los que va a construir esa representación. En este sentido, uno de los núcleos conceptuales que sobresale en sus proyectos es la reflexión sobre el supuesto carácter de “prueba” que reviste la imagen documental y la extrema maleabilidad de uso y control social que puede llegar a ejercerse a través de esta. El proyecto seleccionado para la sección Alternativa en XTRart, The Dabic, proporciona un ejemplo particularmente elocuente de este enfoque.
El nombre de Dabic ha quedado inexorablemente vinculado al conflicto de los Balcanes el día que Radovan Karadžić, para evitar ser detenido, usurpó el nombre de Dragan Dabić y vivió oculto en esa identidad durante varios años beneficiándose de las ventajas de un nombre sin tacha. Bajo ese nombre publicó artículos y ejerció en una consulta como presunto sanador. Ante la sospecha de aquellos que le reconocieron, se esgrimía la prueba irrefutable de los documentos, expedidos y legitimados por el gobierno.
En una rápida búsqueda por Google podemos comprobar cómo todavía hoy las primeras imágenes que aparecen al teclear el nombre de Dragan Dabić pertenecen al criminal de guerra. Familiares directos o no, todos los que llevan el mismo apellido sienten como suya esa misma usurpación identitaria y es a ellos a quien Mari Bastashevski propuso colaborar en el proyecto a través de su retrato.
Dragan Dabić murió hace unos años y la imagen de su pasaporte es la primera de la serie: una prueba fotográfica de otra prueba fotográfica que revela no pocas cuestiones sobre la lógica del documento. Asimismo, el proceso que se pone en marcha con la realización de estos encuentros y sus retratos va más allá de una simple visualización. Podría decirse que se trata de un rescate, de una propuesta de reconstitución de uno de los derechos civiles más elementales: el de que se nos reconozca por nuestro propio nombre. Por otra parte, Mari Bastashevski toca aquí, aunque de forma velada, otro de los grandes temas del conflicto de los Balcanes: el uso de la identidad religiosa como premisa de guerra. Entre los Dabić hay, por lo demás, tanto croatas cristianos como musulmanes.
En este y cada uno de los proyectos que ha realizado hasta el momento, más allá de las historias específicas que nos da la oportunidad de conocer, cabe señalar otro de los aspectos más interesantes de su trabajo: las modalidades con las que interrelaciona imagen y texto. Para deshacer la tradicional función del texto para explicar y justificar los contenidos de la imagen, Bastashevski crea una tensión activa entre la imagen como objeto abierto a interpretación (que funcionaría como detonante para la formulación de hipótesis y cuestionamientos) y un texto cerrado y transmisible (que funcionaría como un canal información autónomo). Se trata, en suma, de un enfoque el que Mari Bastashevski plantea en sus proyectos que pretende sumarse a los esfuerzos por rearticular una práctica fotográfica de carácter documental sin perder el vínculo con lo real, y asumiendo también que la relación de la imagen fotográfica con el referente es quizás una de las principales problemáticas sobre las que cabe seguir indagando.
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Mari Bastashevski está licenciada en Historia del Arte y Ciencias Políticas, tiene un máster en medios y periodismo por la Danish School y ha cursado Estudios sobre Genocidio en el Instituto de Derechos Humanos de Copenhague. En 2011 fue seleccionada para las residencias anuales en la Cité Internationale des Arts de París. Actualmente prosigue su trabajo Priviledge/Confidential, iniciado en el 2012, y está realizando un proyecto nuevo sobre la industria de guerra que abarca desde el comercio de armas hasta el tráfico de información. Más información en maribastashevski.com.
Marta Dahó es licenciada en Historia del Arte por la UAB y Master en Estudios avanzados en Historia del arte por la Universidad de Barcelona. Actualmente compagina el comisariado de exposiciones con la docencia en Idep (Barcelona) y Lens (Madrid). Entre sus proyectos más importantes destacan la retrospectiva de Graciela Iturbide (Fundación Mapfre, 2009), An idea of Europe (Festival Fotofreo, 2010) y Talent Latent (Festival Scan, 2008).
Imágenes: Proyecto inédito The Dabić, de Mari Bastashevski.
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