Santiago Morilla, ganador del Premi Ciutat de Manacor d’Arts Plàstiques por un proyecto realizado en Corea del Sur

El Jurado del Premi Ciutat de Manacor d’Arts Plàstiques decidió adjudicar el premio ganador al artista Santiago Morilla por su obra «Habitando el desbordamiento». La entrega oficial de los XX Premis Ciutat de Manacor de Literatura  i Arts Plàstiques se celebró el pasado viernes 31 de mayo en el Teatre Municipal de Manacor con la presencia del artista.

manacor_notadeprensa. XTRArt junio 2013

«Habitando el desbordamiento», de Santiago Morilla. Detalle del dibujo/fotogramas del vídeo. Cortesía del artista.

La obra premiada,  «Habitando el desbordamiento» se compone de un dibujo en gran formato -tinta y rotuladores sobre papel Basic 250 g., de 1205 x 151 cms- y un vídeo de 30 segundos en Loop.

Adjuntamos a continuación la descripción de la obra, a cargo del propio artista:

«La obra «Habitando el desbordamiento» nace de las acciones en performáticas que realicé en la isla de Daebu-do, en Corea del Sur, en el otoño de 2012, y que conectan simbólica y narrativamente con las narrativas locales de ahogados y naufragios de la costa coreana. Una costa donde se dan las mareas más agresivas del mundo, donde se desdibujan regularmente los contornos geográficos y donde diariamente afloran recuerdos entre los lodos.

Son anamorfosis, dibujos de arroz que muestran los contornos de los ahogados anónimos que el mar ha dejado parcialmente a flote. La acción del dibujo revive el descubrimiento y desenterramiento de dichos cuerpos olvidados y se realiza siempre en bajamar, directamente sobre el lodo, con el justo y ansioso intervalo de tiempo que me deja el «flujo» antes de que suba de nuevo la marea, se infle el mar y borre el contorno del dibujo de nuevo, pero esta vez no ya -nunca más- la memoria del ahogado. La acción quedará grabada en vídeo time-lapse para dar fe del documento. El dibujo-ritual se realiza vertiendo directamente un total de 40 kilos de arroz sobre las negras arenas de la costa. Un arroz que no pretende desperdiciarse para contaminar el paisaje, sino que por el contrario, sirve como alimento para gaviotas carroñeras y bellas garzas locales, difuminado por la acción del mar para así integrarse con el contorno natural de la costa.

Agua, de nuevo, cubriendo los cuerpos, removiendo sus miembros, borrando el dibujo… El proceso de stop-motion viene en cada caso a dar cuenta no sólo del proceso y las vicisitudes del llegar a realizarse la obra, sino sobre todo a comprimir un tiempo de la vida que haga plausible lo que a nuestra experiencia el propio formato y condiciones de ser de las piezas parece que le niegan.

En cualquier caso, son todas ellas ideas de un ojo y un poder sobrehumano de la visión, donde la totalidad se entiende como la suma de lo que aquí abajo, a nivel infralunar o sencillamente humano, sólo es posible percibir por partes, poco a poco, de manera fragmentaria y aditiva.

Nos encontramos «Habitando el desbordamiento»: para aquellos que no pudieron ser encontrados, que no alcanzaron la «otra orilla» y para aquellos que no pudieron descansar en tierra, los dibujos «Marcas de agua» pretenden redimir el contorno del olvido, borrar la sepultura, integrar sus historias de por vida».

Fuente: La Trastienda Comunicación

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