‘El patrimonio arquitéctonico del siglo XX, en peligro’, por Fernando Espinosa de los Monteros

Teatro Bellas Artes San Sebastián 1914 XTRart

Fernando Espinosa de los Monteros

Hay determinadas administraciones que, lejos de proteger el Patrimonio, en este caso arquitectónico, lo desprotegen poniéndolo en riesgo de forma alarmante, todo ello en aras de razones que justifican operaciones en general especulativas, que en su opinión crean riqueza y puestos de trabajo, justificando así la intervención impune en el Patrimonio, y esto es sin duda algo que debemos evitar.

España es el país del mundo con más monumentos protegidos como Patrimonio Mundial, poseedora de un vasto patrimonio histórico artístico, lo que hace, aún mas necesaria, urgente y prioritaria su protección y puesta en valor.*

El siglo XX nos ha dejado el conjunto patrimonial más joven de la historia, poco valorado y desconocido, donde a excepción de las obras reconocidas de algunos maestros, su patrimonio no se considera como algo importante a preservar, resultando especialmente vulnerable, y de ahí la urgente necesidad de ponerlo en valor. Este patrimonio abundante y diverso conforma el grueso de nuestras ciudades, donde un número considerable de estas arquitecturas son alteradas con absoluta desconsideración a su significado cultural. Es un patrimonio en riesgo.

La supervivencia de cualquier edificio pasa necesariamente por su intervención, pero cuando la intervención es sobre el patrimonio es prioritario conservar su autenticidad y significado cultural, haciéndolo compatible con el lenguaje de nuestra época, lo que es un reto para cualquier arquitecto y uno de los objetivos del Documento de Madrid.

Son asignaturas pendientes el animar al mundo empresarial a invertir en estos edificios poniendo en valor ese patrimonio del siglo XX y sensibilizar a las nuevas generaciones de arquitectos para que entiendan que el diálogo entre el ayer y el hoy no es incompatible con la modernidad.

Pero son las autoridades responsables del patrimonio de cada lugar quienes tienen el deber de autorizar o no estas ampliaciones y por tanto los primeros que tienen que tener la formación y sensibilidad necesarias para tomar estas decisiones.

Intervenir en el Patrimonio Español es un deber de cualquier arquitecto, pero sobre todo es un placer. Ser capaz de hacer compatible el paso del tiempo, en un espacio común que evoca el genio del lugar y un lenguaje propio y actual, es un buen ejemplo de lo que mucha gente ha denominado la «Arquitectura del Silencio»aquella donde se es capaz de percibir un sentimiento, una historia. Pero es que, además, intervenir en el patrimonio es una gran oportunidad de trabajo, porque la enorme cantidad de patrimonio del siglo xx que existe en todas las ciudades nos brinda una gran oportunidad de rehabilitarlo y ponerlo en valor, como una opción infinitamente mas barata y sostenible que la creación de nuevos barrios.

Pues bien, en este panorama, hemos presenciado como algunos ayuntamientos permiten o autorizan intervenciones que destruyen nuestro patrimonio y quisiera destacar algunas muy polémicas y recientes:

El Ayuntamiento de San Sebastián aprueba la demolición del Cine Bellas Artes y así lo plantea en el Plan Especial de Protección del Patrimonio que en estos momentos está en periodo de información pública. Todo ello en base a los argumentos esgrimidos por la empresa propietaria del monumento, como la dificultad de incorporar nuevos usos o el estado de ruina del inmueble,  todos ellos sin ningún rigor ni apoyo histórico y sin haber realizado la menor consulta a ninguna organización de expertos como la AEPPAS20, el Colegio de Arquitectos, el DOCOMOMO o las universidades…, organizaciones que llevan años intentando defender el patrimonio de todos. En el caso del Cine Bellas Artes, se trata de un edificio protegido con un alto valor arquitectónico y significado cultural, ubicado en un paisaje urbano consolidado y de alto valor histórico-artístico como es el centro de la ciudad de San Sebastián, hasta ahora un ejemplo como pocos de conservación del patrimonio. Esto implica que cualquier intervención tiene que ser meditada, estudiada con rigor, consensuada con los expertos y muy informada.

El Ayuntamiento de Madrid, en el Paseo del Prado 30 o el Conjunto de Canalejas, donde se trata de edificios protegidos, dentro de un paisaje urbano catalogado como BIC, como es el Paseo del Prado o el edificio de La Equitativa, sitios monumentales de la ciudad, lo que implica que cualquier intervención tiene que ser meditada, consensuada y muy informada. El problema de la protección es que implica control… y esto no gusta a muchos e incomoda a muchas administraciones y propiedades. Pues bien, el Ayuntamiento pretende autorizar la demolición de ambos edificios perdiendo con ello una parte muy significativa de nuestro patrimonio y lo que es peor, de su significado cultural.

La AEPPA20, después de consultar a su patronato, ha decidido emitir y publicar su opinión, entendiendo que un edificio protegido se puede sustituir o modificar bajo algunos principios y criterios consensuados en todos los foros internacionales, avalados por estudios históricos y siempre que la nueva intervención se justifique desde el punto de vista socio-cultural y arquitectónico y, naturalmente, sea consensuada con una comisión de expertos formada con miembros de AEPPAS, Colegios de Arquitectos, Escuelas de Arquitectura, etc., como se hace en otros países europeos y con éxito. Londres, París o Berlín, por mencionar algunas ciudades, rehabilitan sus edificios históricos poniendo en valor su arquitectura y significado cultural, a la vez que se modernizan; pues aquí parece que esto no es un buen ejemplo, y de nuevo nuestro patrimonio entra en riesgo.

En fin, la verdad es que es incalificable que en los momentos de crisis económica el Patrimonio esté más en riesgo, y donde los responsables de las administraciones, una vez más, no defiendan el patrimonio de la ciudad que es el de los ciudadanos. «El olvido es el mayor desprecio que un pueblo culto e ilustrado puede hacer a su historia, a sus raíces y a  su patrimonio».

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Fernando Espinosa de los Monteros, Presidente de AEPPAS20, Asociación para la Protección del Patrimonio Arquitectónico del siglo XX.

* Se han hecho grandes avances en ello, poniendo en marcha comisiones de Patrimonio, consiguiéndose la denominación de BIC (Bienes de Interés Cultural) en muchos de sus monumentos, o creando multitud de asociaciones como el ICOMOS, DOCOMOMO, AEPPAS20, etc., que ponen de manifiesto la necesidad y preocupación de mucha gente y organizaciones, públicas y privadas, en su preservación, como uno de los grandes valores de la identidad nacional de un pueblo.

Nota: Con este artículo queremos hacer un pequeño homenaje a Don Javier Carvajal, un maestro del siglo xx, por enseñarnos a apreciar nuestra arquitectura y entender la necesidad de defenderla y protegerla.

Imagen: Cine Bellas Artes de San Sebastián. Cortesía de ingeba.org.

 

 
 
 

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