- 1. Escaparate. 2013. Acrílico sobre lienzo. 195 x 114 cm
- 2. Escaparate II. 2013. Acrílico sobre lienzo. 81 x 100 cm
- 3. Arqueológico. 2013. Acrílico sobre oienzo. 162x130 cm
- 4. Arqueológico II. Acrílico sobre lienzo. 100x81cm
- 5. Peine. 2013. Acrilico sobre lienzo. 162 x 195cm
- 6. Museo. 2013. Acrilico sobre lienzp. 100 x 100 cm
- 7. Tesoro. 2012. Acrílico sobre lienzo 162 x 195 cm
- 8. Vista de 'Tesoro II' en la exposición 'Nadie hablara de nosotros cuando hayamos muerto'. Galeria Isabel Hurley, Málaga Junio 2013
- 9. Prado. 2013. Acrílico sobre lienzo. 81 x 100 cm
- 10. Vitrina. 2012. Acrílico sobre lienzo. 100 x 100 cm
- 11. Gardner [The concert] 2013. Acrilico sobre lienzo 46 x 38 cm
- 12. Ausencias. Gardner [the concert] 2012
- 14. Prado [trinchera]. 2013. Acrílico sobre lienzo 38 x 46 cm
- 15. Ausencias. Louvre [Gioconda]. 2012.
- 16. Louvre [Victoria de Samotracia]. Acrílico sobre lienzo 46 x 38 cm
- 17. Irak [Vitrina] Acrílico sobre lienzo 41 x 46 cm
- 18. Montaje 2010. Acrílico sobre lienzo. 162 x 195 cm
- 19. Montaje II. 2011. Acrílico sobre lienzo. 185 x 185 cm
- 20. Montaje III. 2012. Acrílico sobre lienzo. 162 x 195 cm
Backstage museum
Aunque a primera vista el trabajo de Gloria Martín Montaño (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 1980) puede parecer sencillo –un rasgo que por su franqueza ya de inicio resulta tremendamente cautivador-, si nos adentramos con atención en su obra descubrimos un proyecto pictórico y conceptual de mucho calado que partiendo del universo museístico y la sacralización de los objetos artísticos como vestigios contemporáneos, reflexiona sobre su significado, historia y modo de contextualización. Esta visión metalingüística que recurre al propio arte para hablar de sus lugares de intimidad, nos permite acercarnos al museo desde un punto de vista novedoso que si bien comparte paralelismos con otros autores que también han tratado o siguen tratando el tema, recordemos por ejemplo las objeciones teóricas en torno al cubo blanco de Brian O’Doherty a finales de los años setenta del siglo pasado o el activismo actual de Sandra Gamarra en su empeño por poner en tela de juicio esta institución áurica, se distancia de ellos por carecer de matices políticos y centrarse, en la mayoría de los casos, en asuntos que atañen al lenguaje de la pintura, la dialéctica continente/contenido o al cuestionamiento de los límites del espacio de representación.
Cuando alguien pasea por el Museo del Prado concentrado en las obras de arte que tiene delante, en raras ocasiones considera el reverso de lo que observa. Como ocurre en una función teatral, a lo largo de las salas todo se nos aparece en su sitio, en el orden adecuado y expuesto de forma lógica sin que nada reclame especialmente nuestra atención a excepción de los auténticos protagonistas de cada estancia, que no son otros que cuadros y esculturas. Evidentemente, el espectador debe contemplar esos componentes en su esplendor desde el patio de butacas sin colarse entre bambalinas ni descubrir los secretos que esconde esta puesta en escena final, una estudiada presentación que se convierte en el estadio último de un largo proceso que requiere una intrincada labor de preparación y mantenimiento llevada a cabo por los conservadores responsables de la colección. Son ellos los que deciden en qué circunstancias exactas se exhibe cada uno de estos elementos para mostrarlos al visitante en sus mejores condiciones. Verdaderamente, apenas reparamos en este quehacer invisible que rodea a cada una de las piezas que nos encontramos. Ni siquiera se nos ocurre suponer los avatares que la han llevado hasta ese determinado lugar o las dificultades que conlleva su presentación, un trasunto que parece secundario y cobra capital importancia en los trabajos de Gloria Martín, que con sus pinturas ambiguas y misteriosas consigue dislocar la mirada hacia lo que normalmente pasa desapercibido o queda vedado para el espectador.
Aunque inhabilitemos la forma de una obra de museo o la resguardemos en una caja dentro de una habitación, somos capaces de proyectarla en nuestras cabezas por el rastro que deja, una huella entre enigmática y extraña que aferrada a una voz hueca se mantiene viva haciendo reverberar su eco mudo en el entorno. Esta desnaturalización intencionada de una imagen que renuncia a su núcleo principal para omitir lo sobreentendido, permite desviar la atención hacia otros detalles relevantes de utilería y almacenaje hasta ese momento incidentales, apéndices en los que pocas veces nos fijamos o rincones aparentemente inadvertidos que esta joven artista sevillana logra convertir en el argumento principal de sus últimas series, un ejercicio tautológico donde lo significativo sigue estando presente pese a que no se muestre directamente, gracias a un envés sutil que activa a través de estos espacios indefinidos los resortes de la imaginación.
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Gloria Martín Montaño (Alcalá de Guadaira, Sevilla, 1980) reside y trabaja en Sevilla. Es Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y cursó el Máster en Arte, Idea y Producción también por la Universidad de Sevilla. En 2009 recibió la Beca de Artes Plásticas del Colegio de España en Paris por el Ministerio de Cultura. Entre sus últimas exposiciones individuales destaca Voz Hueca (2011) en la galería Birimbao de Sevilla y La Casa de Claudine (2010) en el Espacio Emergente de Málaga. Y entre las colectivas, podemos señalar el Premio Pintura Focus Abengoa 2013 de Sevilla, la exposición Nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto en la galería Isabel Hurley de Málaga, y CALL 2013 en la galería Luis Adelantado de Valencia.
Sema D’Acosta (Gerena, Sevilla, 1975) trabaja como crítico de arte y comisario independiente. Es profesor de Comunicación, Realización y Producción, así como director del curso ‘Comisariado y Desarrollo de Proyectos Expositivos en Arte Contemporáneo’ que organiza la Fundación Valentín de Madariaga – MP (Sevilla). También colabora con la asignatura ‘Crítica de Arte’ de Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla.
Como crítico de arte es colaborador habitual de El Cultural, suplemento semanal de El Mundo, el periódico Diario de Sevilla y el portal web Arte-Contexto. Ha editado varios libros especializados sobre arte contemporáneo, el último Stand By_012. Guía de fotografía andaluza actual (2012), además de haber escrito ensayos sobre múltiples artistas, entre otros Per Barclay, Martin Kippenberger, Jack Pierson, Luis Gordillo, Carlos Aires, Ignacio Tovar, Juan del Junco, Matías Sánchez o Cristina Lama.
Como comisario ha sido responsable de diferentes proyectos expositivos en los últimos años, entre otras sendas muestras monográficas de Santiago Ydáñez, Ángel Marcos, Dionisio González y Miki Leal. También ha organizado varios proyectos de tesis, destacando la colectiva AFTERPOST. Más allá de la fotografía (2010), MUNDOS PROPIOS. Perspectivas y variaciones de la fotografía andaluza actual (2012) o NUNCA JAMÁS. Historias de niños para adultos (2013).
Imágenes:
01. Escaparate. 2013. Acrílico sobre lienzo. 195 x 114 cm.
02. Escaparate II. 2013. Acrílico sobre lienzo. 81 x 100 cm.
03. Arqueológico. 2013. Acrílico sobre lienzo. 162 x 130 cm.
04. Arqueológico II. Acrílico sobre lienzo. 100 x 81 cm.
05. Peine. 2013. Acrílico sobre lienzo. 162 x 195 cm.
06. Museo. 2013. Acrílico sobre lienzp. 100 x 100 cm.
07. Tesoro. 2012. Acrílico sobre lienzo. 162 x 195 cm.
08. Vista de Tesoro II en la exposición Nadie hablara de nosotros cuando hayamos muerto. Galería Isabel Hurley, Málaga, junio 2013.
09. Prado. 2013. Acrílico sobre lienzo. 81 x 100 cm.
10. Vitrina. 2012. Acrílico sobre lienzo. 100 x 100 cm.
11. Gardner [The concert] 2013. Acrílico sobre lienzo. 46 x 38 cm.
12. Ausencias. Gardner [The concert] 2012.
13. Ausencia. Prado [sala XXV]. 2012.
14. Prado [Trinchera]. 2013. Acrílico sobre lienzo. 38 x 46 cm.
15. Ausencias. Louvre [Gioconda]. 2012.
16. Louvre [Victoria de Samotracia]. Acrílico sobre lienzo. 46 x 38 cm.
17. Irak [Vitrina]. Acrílico sobre lienzo. 41 x 46 cm.
18. Montaje. 2010. Acrílico sobre lienzo. 162 x 195 cm.
19. Montaje II. 2011. Acrílico sobre lienzo. 185 x 185 cm.
20. Montaje III. 2012. Acrílico sobre lienzo. 162 x 195 cm.
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