El proyecto ‘Azul y Amarillo’ de Antonio Ballester Moreno, en Lisboa

El pasado 17 de enero la galería Pedro Cera de Lisboa inauguró la primera muestra individual del artista madrileño Antonio Ballester Moreno en su espacio: Azul e Amarelo. La muestra podrá verse hasta el 7 de marzo de 2014.  

Ballester Moreno en Lisboa

© Antonio Ballester Moreno. Cortesía de galería Pedro Cera

Reproducimos a continuación el texto escrito por Pablo Llorca con motivo de la exposición:

“La obra de Antonio Ballester Moreno ha discurrido con un impulso doble: la posibilidad de que un artista profesional se exprese de una manera puramente instintiva, y también la viabilidad de reflexionar sobre ello, a veces de manera directa y en otras ocasiones de forma tangencial. Una tendencia, la que en busca de la reivindicación de la sencillez y lo irracional trata de apropiarse del espíritu y las formas infantiles, que ha formado una tradición de peso en la pintura de los dos últimos siglos.

De todos los elementos a los que el artista instintivo puede apelar el color es uno de los fundamentales; el otro sería el trazo espontáneo. Pero mientras que, para mantener esa dimensión instintiva, el espacio del trazo suele estar confinado a superficies pequeñas –al revés de lo que el expresionismo abstracto convirtió en fórmula-, el color tiene más posibilidades espaciales para cumplir su cometido. En papeles pequeños o en lienzos grandes, la relación que el espectador mantendrá con él seguirá siendo directa.

Azul y amarillo es consciente de la importancia del color. Que ese sea el título de la exposición lo subraya, título que también destaca la importancia de la unión de los colores primarios. Azul y amarillo proporcionan verde, y esos son los tres colores con que la exposición está hecha. Eso cuenta para la serie de las flores, compuestas por recortes de papel pegados entre sí, con una técnica que recuerda a los papier collé de Matisse y unas formas que remiten a los girasoles de Van Gogh…; observen que estamos en territorio de artistas del color y el instinto. Y todo eso también cuenta para los seis lienzos, compuestos por superficies de esos tres colores, y cuyos tamaños grandes se imponen al espectador.

Como he dicho antes, el trabajo de Antonio Ballester Moreno posee un planteamiento doble, que a veces se ofrece de manera explícita (su propuesta para La Casa Encendida de Madrid, a partir de un taller colectivo de creación) y en otras de forma indirecta. Una obra producida desde el instinto también puede acarrear, de forma consciente o no, unas posibilidades complejas de lectura. En esta ocasión el pintor propone una relación con la naturaleza, ya frecuente en la base de su trabajo anterior. En ella el amarillo se relaciona con la luz, mientras que el azul lo hace con el agua. Y la mezcla de ambos proporciona el verde, el color de las plantas. Para que ese proceso culmine precisa de otro elemento más, la tierra marrón. La cual está también presente en la exposición, a través de la pequeña escultura de arcilla cocida que muestra una figura humana algo informe, que surge a partir de una bola amorfa. Esa figura se crea a partir del contacto de la tierra con la luz y el agua, un proceso de la naturaleza puesto en relación con el mismo proceso creativo. Crear una obra de arte es también crear vida, y con ello volveríamos a otro de los debates centrales de la plástica contemporánea, la relación entre ambos. Un debate que un artista que propugna lo instintivo no puede eludir. Sobre todo si su trabajo plantea además una reivindicación de lo manual, lo realizado con medios básicos. Por ejemplo, los de la materia y el cuerpo. De la síntesis de ambos elementos nace el conjunto de los seis lienzos, compuestos por color y materia (su superficie es el resultado de sucesivas capas de pintura, hasta treinta). O, lo que es similar, la reivindicación de la pintura como una manualidad y de su capacidad de comunicar a un nivel básico.

Esa capacidad del artista como creador, como alguien que insufla vida añadiendo materia, está presente en toda esta serie, y no de una manera amagada sino evidente. Frente a lo que ha sucedido en la mayoría de sus exposiciones anteriores, aquí no hay una alusión directa al mundo infantil ni a una iconografía de lo sencillo. Tal vez sí en la serie de las flores, compuestas por figuras elementales, pero no desde luego en los lienzos grandes, que con su dimensión no figurativa plantean otras cuestiones. Quizás no para llegar a un lugar distinto –qué más sencillo que una superficie cromática, realizada a mano a partir de un material específico- pero sí con formas disímiles. La especie de horror vacui que su obra ha solido desplegar está ausente aquí. Frente a la acumulación habitual de su obra anterior, compuesta a base de añadidos y eliminaciones, en Azul y Amarillo nos encontramos con solo lo primero, los añadidos. La figura escultórica es la adición de barro, las flores lo son de capas de papel, y los lienzos de superficies sucesivas de pintura».

Antonio Ballester Moreno

Antonio Ballester Moreno nació en Madrid en 1977, donde vive y trabaja. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, está considerado como una de las figuras claves del panorama artístico joven  español. Su obra está referenciada en la monografía Vitamine P2 editado por Phaidon en el 2012. Entre sus más recientes exposiciones destacan Cobre, Cobalto y Plomo (Maisterravalbuena, Madrid, 2013); No School (La Casa Encendida, Madrid, 2011); ANTI (Kreuzberg), Peres Projects, Berlín; Antonio Ballester Moreno, Joeng Song Art Center / RMK International Art, Seúl, Corea del Sur, 2009; Gallo Rojo, Gallo Negro, MUSAC – Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, 2008; y Hunter House and Bear Suit, Peres Projects, Los Ángeles, 2008.

Fuente: Galería Pedro Cera

Exposición: Azul e Amarelo
Lugar: Galería Pedro Cera 
Ciudad: Lisboa
País: Portugal
Fechas: Del 17 de enero al 7 de marzo de 2014

 
 
 

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