Un extracto del tiempo fotográfico
La fotografía documental opera con signos y símbolos políticos en sus representaciones visuales. Con el tiempo, estas representaciones van sufriendo diferentes despliegues y aristas dependiendo del acontecer político en el que se hallan. Hoy en día sabemos que este fenómeno sigue ocurriendo, y a pesar de la inmediatez de las imágenes en la era digital, se hace difícil –mas no imposible- teorizar sobre el legado de estas transformaciones. En la actualidad nos enfrentamos a imágenes que circulan con increíble rapidez, de la que no siempre se desprende una fidelidad en la que podamos confiar, obligándonos a re-pensar lo que observamos y, por lo tanto, a reflexionar ante una imagen que se opone a la que acostumbramos a ver en los medios de comunicación masivos.
La fotografía no siempre es una imagen que capta la realidad inmediata del acontecer. Cuando se da el caso, estamos frente a la denominada fotografía documental. Sin embargo, sus desplazamientos en los últimos años han permitido que la contingencia de una sociedad sea captada con cada vez más sutilezas y complejidades en una primera lectura. Estos cambios han causado que la fotografía documental contemporánea haya sido malinterpretada, al asociarse a una imagen donde la participación del ser humano está ausente, siendo causa de un escepticismo hacia ésta, que radica en el rol tradicional que el ser humano ha tenido en la fotografía documental, al ser el núcleo principal de la narración. En este sentido, este fenómeno en el rol de los sujetos en la fotografía documental plantea un claro agotamiento de la fotografía documental militante.
Un ejemplo de ello es la fuerte mirada a las intervenciones militares y dictaduras en la fotografía latinoamericana de los 70, 80 y 90. Esto no implica que no existieran otras maneras de fotografiar, pero está claro que lo imperante fue la fotografía militante. A modo de comparación: durante ese mismo periodo, pero al otro lado del mundo, está el caso de Polonia (país del que he investigado preliminarmente su fotografía contemporánea). Desde 1982, en el periodo del Bloque Soviético, el movimiento encabezado por el sindicato obrero Solidarność (“solidaridad”) comenzaba una era de movilizaciones sociales que vaticinaban un apogeo de décadas comunistas en Europa del Este. Desde el ámbito de la fotografía, fue Anna Beata Bohdziewicz, fotógrafa documentalista, quien retrató diariamente a partir del movimiento Solidaridad los cambios ocurridos en Varsovia. Tal vez es aquí donde nos enfrentamos con el tipo de fotografía militante o histórica que el fotógrafo más joven tiende a negar, generando nuevos vínculos y diálogos en la comprensión de la imagen. Ambos géneros fotográficos del documentalismo, el militante/histórico y contemporáneo-incierto, refieren a imágenes vivenciales y experimentaciones de las transformaciones políticas del periodo en las cuales son captadas, solo cambian sus representaciones. Ahora ¿cómo es la fotografía polaca contemporánea tras la caída del Bloque Soviético?
Cabe señalar que han pasado 30 años desde la caída del Bloque Soviético, por lo tanto, la presentación de un solo fotógrafo polaco emergente no da cuenta de todos los cambios acontecidos durante ese periodo en la fotografía.
Filip Berendt, oriundo de Varsovia, Polonia, compone sus fotografías a partir de varios elementos que nos permiten comprender el resultado final de sus imágenes. El autor, enmarcado en la noción de la fotografía documental contemporánea, valida las indagaciones visuales que practica. Sus fotografías parecieran ser apolíticas, con una composición prolija y ordenada, con una escasez de información y una clara ausencia del sujeto humano como protagonista. Pero lo que vemos no es por cierto la fotografía documental militante o de choque, sino más bien una imagen que nos proporciona una complejidad de códigos sutiles e imperceptibles de concebir en una primera lectura, lo que nos obliga a reflexionar las representaciones construidas por el autor. Berendt rescata un tópico recurrente en sus proyectos: develar a través de la instalación de objetos simbólicos encontrados la creación de nuevos escenarios y contextos políticos.
En su proyecto Visit, el autor investiga los diferentes modos de ser de una sociedad que habita secretamente en la gran urbe; Varsovia es el primer territorio. Sus imágenes son más que una fotografía. Los dispositivos aplicados al tratamiento visual son la escultura, la performance y la instalación, recursos provenientes del arte contemporáneo que son determinantes para lograr su objetivo final: el tiempo en la fotografía.
El autor se introduce en el mundo de personas que nunca ha visto y estos nunca lo han visto a él; el único mediador entre ambos es la cámara fotográfica. La propuesta es el cruce entre el espionaje y el voyerismo, ironizando con la seriedad de la imagen, la cual actúa como el principal constructor de la realidad ficticia que establece Berendt. Es parte esencial de su trabajo la relación que establece con el “fotografiado ausente”: el autor se instala de 7 a 10 horas en el ambiente desconocido, observando, mirando y analizando la identidad del punto elegido de la casa. Tras una acuciosa apreciación del lugar – siempre subjetiva – el autor reinstala los objetos considerados emblemáticos del terreno inspeccionado, logrando construir una nueva identidad del espacio escogido, creando así desde la performance una escultura-instalación al interior del nuevo mundo del sujeto anónimo que habita ahí.
En Still life, el autor reinterpreta la estética del bodegón clásico. A pesar de que aun hoy persiste este estilo, éste está desfasado y algo obsoleto en el campo del arte contemporáneo. El motivo pictórico de las fotografías alude directamente a los ornamentos deteriorados en su utilización cotidiana: los desechos. Esta imagen es lo opuesto al bodegón clásico, dando lugar a atmósferas y composiciones misteriosas que al mismo tiempo nos parecen familiares, pues reconocemos los objetos emplazados en la fotografía. La descomposición de la comida, los objetos inutilizados y materiales desechables son los protagonistas en la construcción visual de Still Life. La reutilización de los desechos esta íntimamente relacionada al reciclaje y por lo tanto al rescate del medio ambiente, tema central en la actualidad. Así, podríamos decir que nos enfrentamos a una imagen ecológica, es decir, son bodegones sustentables e infinitos.
Ambos proyectos utilizan y re-significan el estadio del tiempo, como un factor determinante para la comprensión y creación de la obra en escena. El autor, quien logra amalgamar conceptos de la pintura, la escultura, la performance y la instalación nos presenta sin lugar a dudas una fotografía documental inusual en su tradicional representación, dando espacio a una fotografía performática del sujeto ausente.
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Montserrat Rojas Corradi realizó sus estudios de Artes Visuales en la Universidad de Chile, donde igualmente obtuvo un magíster en Estudios Latinoamericanos. Cuenta además con un master en Comunicación Audiovisual en la HfBK Hamburgo, Alemania. Se desempeña como curadora e investigadora sobre fotografía. Entre las curadurías más destacadas se encuentran: Antología Visual de fotografía joven chilena en el MAC Chile, De-Hechos en el MAC Río de Janeiro y fotografía chilena emergente en Legal Art, Miami, Centro Cultural Kavlin, Uruguay y Visible-Invisible Centro Cultural Haroldo Conti, Buenos Aires. Ha publicado en un sinnúmero de revistas y catálogos en temas referidos a la fotografía documental, periodística, dictadura y memoria chilena. Entre sus publicaciones más recientes está Visible-invisible: tres fotógrafas durante la dictadura (8 Libros) y Un exilio sin retorno: Rodrigo Rojas De Negri (Lom). Actualmente es curadora de la Sala de Fotografía Emergente del Museo de Arte Contemporáneo Quinta Normal en Santiago Chile y trabaja en investigaciones y curadurías internacionales.
Imágenes:
Serie Still Life
01- Fotografía, copia archivada sobre dibond ed. 6+2AP, 70×50 cm
02- Fotografía, copia archivada sobre dibond ed. 6+2AP, 50×70 cm
03- Fotografía, copia archivada sobre dibond ed. 6+2AP, 70×50 cm
04- Fotografía, copia archivada sobre dibond ed. 6+2AP, 50×70 cm
05- Fotografía, copia archivada sobre dibond ed. 6+2AP, 50×50 cm
Serie Visit
06- Fotografía, copia archivada sobre dibond ed. 5+2AP, 80×80 cm
07- Fotografía, copia archivada sobre dibond ed. 5+2AP, 80×80 cm
08- Fotografía, copia archivada sobre dibond ed. 5+2AP, 80×80 cm
09- Fotografía, copia archivada sobre dibond ed. 5+2AP, 80×80 cm
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