Ferias para una rentrée

Las ferias se han convertido en uno de los mayores agentes dinamizadores del mercado del arte. Y las que se celebran este otoño figuran entre las más esperadas e influyentes.

frieze mastersVisita de la sala de la feria Frieze Masters de Londres

Se inicia una nueva temporada y tras los históricos resultados obtenidos por las subastas en 2013, la pregunta que flota en el aire es si el mercado del arte se ha convertido en una gigantesca burbuja y, de ser así, cuándo explotará. Pero no parece que vaya a ser pronto si atendemos al aumento de la riqueza global (en 2013 hubo un récord de billonarios, 2.170 nuevos potentados según estima el grupo de investigación Wealth X), los programas para la construcción de museos, el posicionamiento del arte como ‘status symbol’ y el seductor estilo de vida que el mundo del arte ofrece a los más ricos.

En este contexto, uno de los grandes cambios ha sido la proliferación de ferias de arte moderno y contemporáneo. Existen más de 220 y en breve se alumbrarán otras nuevas. La rentrée otoñal tiene sus puntos neurálgicos en el Viejo Continente. «Un festival para los sentidos, la memoria y la belleza», así se define la Bienal de los Anticuarios de París, que se desarrolla del 10 al 21 de septiembre bajo la suntuosa cúpula del Grand Palais.

La anticuaria madrileña Ana Chiclana es la única presencia española en este distinguido evento. Para festejar la XXVII edición, el presidente de la Bienal, el anticuario Hervé Aaron, ha contado con el decorador Jacques Grange que recreará los jardines de Versalles. Los precios reflejan el carácter exclusivo de las piezas: Cartier vende unos rubíes por 6 millones de euros, Chaumet exhibe un collar por el que pide casi un millón, mientras que un escritorio de estilo japonés que exhibe la Galería Chadelaud se cotiza en 3,5 millones.

En 1991 Matthew Slotover y Amanda Sharp lanzaron su revista de arte Frieze y en 2003 organizaron en Londres la feria homónima cuyo éxito amparó el nacimiento de sus filiales de Nueva York y Frieze Masters. Del 15 al 18 de octubre el Regent’s Park de Londres volverá a tomar el pulso al arte de nuestro tiempo. «El interés por el arte contemporáneo es más global que nunca -sostiene Matthew Slotover, co-director del certamen- Los ingredientes de una feria exitosa son: excelentes galerías, entorno arquitectónico inspirador, asistencia de todos los que cuentan en el mundillo, buena comida y ambiente estimulante».

Para su decimosegunda edición Frieze ha seleccionado en torno a 160 galerías, entre ellas, las madrileñas Juana de Aizpuru, Helga de Alvear y Elba Benítez. «Aunque ya he participado en la de Nueva York [que premió su stand en la última edición] esta es la primera vez que acudo a Londres atraída por su cosmopolitismo -desvela Elba Benítez-, la influencia alcanzada por las casas de subastas y las ferias, unida a la insignificancia del mercado español, justifica que galerías como la mía, con un perfil internacional y que trabajan con artistas del mercado primario, tengan que buscar una salida en el extranjero». La diseñadora Miuccia Prada es una cara habitual en el stand de Pilar Corrias, que abrió su galería en 2008 en Londres y en apenas un lustro ha conseguido gran renombre por sus arriesgadas propuestas. «Este año dedicaré mi stand a Koo Jeong A. Koo, una artista coreana callada, sensual y sumamente talentosa -nos desvela Corrias– Expondré una gran escultura de imanes y cientos de gouaches que recrean su vida diaria». Frieze Masters, ya en su tercera edición, brinda una perspectiva contemporánea sobre el arte histórico.

Bajo la batuta de Victoria Sidall se congregan 120 galerías, entre ellas las españolas Caylus, Elvira González y Coll & Cortés Fine Arts. Uno de los pesos pesados es la Galería Richard Green, una firma que ya va por la tercera generación. Sus propuestas cotizan entre 100.000 y 4 millones de euros. «Mostraremos desde un bello y raro paisaje costero de Jacob Isaacks van Ruysdael pintado en 1648, a un sublime paisaje inglés de Turner – anticipa Jonathan Green, director de la galería- Y también ofreceremos una de las primeras pinturas impresionistas de Alfred Sisley.»

sisleyLa mare aux canards de Alfred Sisley

La última parada nos devuelve a la Ciudad de la Luz, al Grand Palais que acoge del 23 al 26 de octubre la feria FIAC que en marzo lanza su homóloga en Los Angeles. Su espíritu internacional (con galerías de 27 países) ha cautivado a ProjecteSD, Parra&Romero y Guillermo de Osma. De Osma es fiel a París (en marzo participa también en el Salon du dessin). «Llevo acudiendo a FIAC veinte años y en los últimos tiempos se ha afianzado como la segunda o tercera plaza por detrás de Art Basel. Aprecio su apuesta por el arte ‘histórico’, es decir, las vanguardias hasta los años 70, aunque también pesan motivos personales: París fue la patria de los artistas españoles con los que trabajo – Escuela de París, Óscar Domínguez, Saura, Tàpies– y ¡mi esposa es francesa! -dice sonriendo-. La pièce de résistance de nuestro stand será una instalación de Richard Serra de 1974. Reivindicaremos a los maestros de la abstracción con una muestra titulada De Hans Arp a Serra con obras preciadas a partir de 10.000 euros».

Un mercado sin crisis

Las galerías que jalonan las calles del barrio de Saint-Germain-des-Près de París acogen hasta el 14 de septiembre, la más prestigiosa feria de arte tribal, Parcours des Mondes, que reúne a 60 comerciantes especializados en artes de África, Asia, Oceanía y las Américas, entre ellos los españoles, Arte y Ritual, David Serra y Guilhem Montagut. El alma máter de este evento es el empresario y coleccionista francés Pierre Moos, un triunfador hombre de negocios que hizo su fortuna con la empresa Ileo, un gigante de la industria de la paquetería y el embalaje de lujo. El mercado del arte tribal es pequeño, apenas existen 80 galerías en el mundo (60 en Europa y 20 en EEUU), pero vive un crecimiento formidable. «Esta progresión se explica porque desde los años 50 no se produce arte tribal genuino. La oferta mengua pero la demanda sigue creciendo -explica entusiasmado Pierre Moos– Imagínese adquirir una máscara africana que fue estudiada por Picasso por el precio de un pequeño dibujo de un maestro anónimo. Durante más de un siglo este mercado se nutrió solo de coleccionistas de arte tribal pero ahora seduce a nuevos aficionados. Y esto es sólo el comienzo, pues la tendencia alcista de los precios así lo demuestra».

Fuente: Vanessa García-Osuna / El Cultural

 
 
 

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