Esther Ferrer obtiene el Premio Velázquez de Artes Plásticas

Esther Ferrer recibe con cierta perplejidad el Premio Velázquez de Artes Plásticas dotado con 100.000 euros y otorgado anualmente a un artista iberoamericano, por la coherencia y el rigor de su trabajo durante cinco décadas, según ha anunciado el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle.

83Imagen cortesía de Esther Ferrer

Pionera del arte de acción en España, su obra ha sido objeto de un reconocimiento internacional destacado en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. «Tanto su trayectoria como su actividad reciente, revelan a una artista comprometida con el devenir creativo y social contemporáneo. Esther Ferrer ha sido siempre una defensora del arte como único espacio de libertad», declara el jurado. 

El Premio Velázquez es un galardón que se inició en el año 2002, con este premio se otorga el reconocimiento institucional a un creador cuya obra sobresale con especial significación en el ámbito de las artes plásticas.

Esther Ferrer, crítica con la gestión cultural del gobierno, se muestra desconcertada ante la entrega de dicho galardón: «No he hecho nada para recibir este premio, no entiendo por qué me lo dan». Pese a todo decidió decir que sí a la concesión del premio, al contrario que otros artistas que recientemente han rechazado otros premios, como es el caso de la artista catalana Colita que rechazó la pasada semana el Premio Nacional de Fotografía por la situación cultural y educativa que está atravesando España es estos momentos, como había hecho también días antes Jordi Saval negándose a recibir el Premio Nacional de Música.

Esther Ferrer es una creadora nacida en San Sebastian en 1937, conocida por sus performances, que realiza individualmente o formando parte del grupo ZAJ (disuelto en 1996). A principios de los años 60 creó junto con el pintor Jose Antonio Sistiaga, el primer Taller de Libre Expresión, germen de muchas otras actividades paralelas, entre ellas una Escuela Experimental en Elorrio (Vizcaya).

A mediados de los años 70, retomó su actividad plástica con fotografías trabajadas, instalaciones, cuadros basados en la serie de números primos, objetos, etc. En 1999 fue una de los dos artistas que representaron España en la Bienal de Venecia.

Desde sus inicios Esther Ferrer ha realizado performances en las que pretendía hablar de lo inadvertido y de las propiedades poéticas de acciones relacionadas con el uso de objetos como papeles, dados, o la escritura y el alfabeto que han ido desplazándose a problemas asociados con la identidad, lo incomprensible de un lenguaje nuevo, contando siempre con la participación del espectador.

Fuente: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

 
 
 

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