La artista madrileña Laura F. Gibellini (1978) vino por primera vez a Nueva York en 2008 debido a su tesis doctoral, ya que llevó a cabo parte de su actividad investigadora MOMA. Se trasladó con la ayuda de una beca predoctoral de movilidad de la Universidad Complutensse de Madrid.
Gibellini piensa que las ayudas institucionales para la movilidad internacional son una oportunidad estupenda, aunque las considera escasas: “En este momento me encuentro aceptada en un programa de residencia de la ciudad y sin posibilidad de conseguir ayudas en España, lo cual es una contradicción, me parece”.
La artista, que ha residido temporalmente en otros lugares, entre ellos Alemania, afirma que su traslado a Nueva York no le supuso más problemas que los habituales al cambiar de ciudad, país, entorno y cultura.
Gibellini, que vive a caballo entre Barajas y el JFK, sopesa los pros y los contras de residir y trabajar en la urbe Neoyorquina: “Las ventajas son la diversidad que ofrece la ciudad y su interesante panorama cultural. Las desventajas son que empiezas de cero y que en Nueva York se concentran muchísimos artistas muy buenos y bien posicionados por sus estudios, cosa de la que yo carezco.”
En lo concerniente a su profesión, destaca como principal diferencia con España “la distancia que puede uno tomar respecto a su propio trabajo y trayectoria, y la posibilidad de pensar desde el desplazamiento, que, en mi caso, es fundamental en mi trabajo”.
Actualmente Gibellini no mantiene ninguna relación con las instituciones culturales españolas en NY, pero piensa que hay un relativo esfuerzo por la promoción de los artistas españoles, “Me incomoda pensar que el reconocimiento de un artista dependa de su origen. No me acaba de gustar la idea de que un artista español sea español antes que artista. Creo que en España se está empezando a considerar la importancia de generar vínculos institucionales que permitan la movilidad de los artistas, que es algo muy necesario y todavía muy limitado. Eso es lo que echo en falta”.
Al preguntarle si el traslado a Nueva York ha afectado a su trabajo y de qué manera responde: “Supongo que sí, me dicen que me he ido haciendo más conceptual. Creo que es la exposición con tan diferentes tendencias la que puede que me haya afectado más”.
A pesar de todo, Gibellini no ve el paso por Nueva York como algo necesario en la carrera de un artista: “No, no creo que sea necesario ir a Nueva York ni a ningún sitio para seguir la carrera de artista.”
Gibellini no pertenece a ninguna comunidad de artistas y tampoco le gustaría formar parte de una comunidad de artistas españoles en particular: “no me interesa mucho vincularme a comunidades definidas por su origen, etnia, cultura…”
La artista, que colabora con varios non-profit, comenta que su relación profesional con las instituciones norteamericanas es todavía muy escasa. Hasta el momento ha trabajado con varios espacios alternativos como el AC Institute y el Art For Change.
Acerca de la visibilidad del arte español en el contexto neoyorquino, comenta que no está muy segura de saber qué es el arte español.
En cuanto a la posibilidad de establecerse en Nueva York o volver a España, la artista afirma que le gustaría asentarse en la primera, añadiendo un cauto “pero nunca se sabe”.
Eva Mendoza Chandas
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