Isaki Lacuesta: «Los artistas duran más tiempo que los políticos»

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África Martín Delgado / Patricia Viñambres Sánchez

El pasado 27 de noviembre se presentó en Madrid la XII edición de Jameson Notodofilmfest, el festival de cortometrajes de referencia en internet gracias a su elevada participación, los jugosos premios que otorga, la creciente calidad de las películas a concurso, su audiencia exponencial y por el apoyo e interés despertado en el mundo del cine. Desde el 28 de noviembre y hasta el 18 de febrero de 2014 los realizadores podrán enviar sus cortometrajes y optar a alguno de los quince premios en metálico, ayudas a la producción audiovisual, becas de formación y material pedagógico y formativo.

Jameson Notodofilmfest se vuelca en su labor formativa y organizará a partir de este mismo mes Jameson Studio, una programación de actividades enfocadas a acercar a los jóvenes cineastas con profesionales ya consagrados y a aportar un espacio donde exhibir, compartir y discutir los trabajos realizados. Todos los meses, Jameson Notodofilmfest convocará a los realizadores a participar en sus talleres, encuentros y proyecciones promoviendo esa idea de difusión de la cultura del cine.

Para desgranar las principales claves de este evento charlamos con Isaki Lacuesta, director de la XII edición del festival.

Esta convocatoria del Festival Jameson Notodofilmfest está encaminada sobre todo a jóvenes directores de cine. ¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan los jóvenes para abrirse camino en este mundo?

El principal problema es la falta de educación que hay en la sociedad española. La labor de los políticos es un correlato exacto de la sociedad que tenemos. Esto proviene de una falta de educación básica en primaria y secundaria. Yo creo que la clave pasa por ahí, que haya cierto respeto y conocimiento sobre lo que son los trabajos culturales, lo que es hacer una película, lo que implica componer y grabar una canción, componer una ópera o pintar un cuadro. Al final es tan elemental como eso.

Tiene también mucha relación con que la educación en nuestro país cada día va a peor. Hace años que doy clases en la universidad y antes cada año era mejor que el anterior, los programas, los materiales, etc. Pero desde hace algunos años se está derrumbando todo. Por otra parte, los medios de comunicación, desde luego, tampoco están cumpliendo el papel que deberían cumplir. El capitalismo extremo hace que sólo se hable de rentabilidad, basta con ver cómo la presencia en los medios del mundo del cine o de la danza es cada vez más ridícula. Por ejemplo, todo de lo que se habla de música en los medios consiste en crear un tipo de música muy concreta, que no deja de ser un porcentaje muy relativo; y, entonces, sin educación,  los medios no muestran otras cosas más allá de lo que se demanda. En realidad es un pez que se muerde la cola porque la sociedad demanda lo que conoce y entonces no se da a conocer lo que no se demanda, entonces falta vocación por parte de los medios y en las escuelas.

¿Y un consejo general?

Es de cajón… En el caso de cine existe el ejemplo de André Bazin, director de Cahiers du cinéma, que fue contratado por el gobierno francés para un hacer un programa educativo y una vez que deja su cargo político escribe un libro en el que cuenta sus planes. En España hay gente que está trabajando con sus planes educativos y es una maravilla. Es tan sencillo como implantarlo en las escuelas. En Cataluña trabajé un año en un plan que se llamaba Cinema en Curs que todavía existe y que actualmente se está realizando en Galicia y que también se va a llevar a cabo en Madrid,y que consiste en juntar a profesores de escuela de primaria y secundaria para trabajar en tándem con profesores de cine, que pueden ser directores o directores de foto, montadores, etc. Es una experiencia fantástica porque los alumnos aprenden desde un principio que el cine es un oficio y así no se transmite la idea del cine de alfombra roja. Realmente aprenden a ver lo que implica el cine, se trabaja y a la vez se disfruta.

Recientemente ha trabajado junto a Miquel Barceló. ¿De qué modo cree usted que se relaciona el mundo del cine con las artes plásticas?

Son relaciones muy naturales. En el cine, aunque sigan existiendo teóricos del cine puro, creo que la gracia del cine se encuentra precisamente en la impureza o su bastardía, su mezcla muy natural con la danza, la pintura. De hecho, el propio formato cinematográfico viene de los formatos de los cuadros, por una relación muy directa con el teatro y la ópera. Yo me lo planteo más bien de esta forma. Trato de aprovecharlo y dialogar de forma muy natural con la gente de la pintura, los coreógrafos, los músicos, etc.

Es muy bonito ver las semejanzas y la forma de trabajar de cada cual. En mi caso, tras haber trabajado con Miquel Barceló, Perejaume o Tàpies -con el que tuve ocasión de trabajar antes de que muriera-, o con Cesc Gelabert en el ámbito de danza, veo que hay muchas cosas de sus formas de trabajar que son muy aplicables, tanto en cuanto a técnicas como en cuanto a formas de entender la vida o el arte. Por ejemplo, un libro sobre danza me interesa más que un libro de teoría del cine, es más aplicable el modo como un coreógrafo pasa de una figura a otra, cómo hace las transiciones de una forma a otra; a mí como cineasta esto me parece más interesante también, quizás más que el propio relato. Me parece muy natural este tipo de intercambios.

No hay ningún tipo de fronteras entre cosas como la pintura, la publicidad o el cine, cosas de cada una de ellas pasan a las otras y todo va fluyendo de una manera muy natural.

¿Qué piensa sobre el devenir del cine español en la actualidad?

Yo creo que hay muchas ganas de enterrar cuerpos que siguen bailando y esto ha pasado siempre. ¿Desde cuándo se dice que la novela ha muerto y que la pintura ha muerto y ahí siguen? En el caso del cine es igual; hace poco escuchaba a un locutor de radio que decía que el cine había muerto con las series de televisión y me acordaba de una frase que decía que la tele mató a la estrella de la radio, y la radio sigue y el teatro sigue y la pintura sigue y el cine seguirá.

En el caso español, en concreto, yo creo que está en un momento creativo alucinante, se hacen películas de todo tipo, de todo formato, se hacen más que nunca, llegan a más público que nunca, lo que hay es una dificultad extrema para profesionalizarlo. Toda esta creatividad se está haciendo a costa de los trabajadores, a costa de que la gente no pueda vivir de su trabajo, porque dicen que no hay un interés por ello. Pero en cambio se pueden decir docenas de nombres, de cine de todo tipo, desde lo más experimental a lo más comercial. Es verdad que en España siempre vamos con retraso, y los que no se han retrasado es porque se han exiliado como Buñuel, pero ese retraso es cada vez más pequeño. Todo es cíclico, ahora tenemos unos ministros lamentables pero todo esto siempre acabará dando la vuelta: los artistas duran más tiempo que los políticos. Todo dará la vuelta. Además, podemos trabajar en otros países.

¿Ve más posibilidades fuera que dentro de España?

Ahora mismo sí, sin lugar a dudas. El otro día estábamos tomando algo cuatro directores en Madrid, y los cuatro estábamos inmersos en proyectos en otros países.

¿Ve más facilidades a la hora de difundir el cine en otros países?

Hay más facilidades a la hora de financiar un proyecto, ya que en España no hay ninguna. Además, si haces tu trabajo te lo pagan. Ayer me llegó una carta de una cadena de televisión diciendo que no me pagaban, así que aquí ni siquiera se cobra por los trabajos hechos. El problema es que ni siquiera se dignan a pagar escudándose en la crisis. Pero todo esto pasará y seguiremos ahí. Todo esto tiene que remontar, remontar es además una palabra muy cinematográfica. Estamos más bien ante una crisis moral, los recursos están en otros sitios y se dedican a otras cosas. Por ejemplo, los derechos de los partidos de la Champions cuestan más que quince películas. Entonces no es una cuestión de falta de recursos.

¿Estamos ante un momento creativo en el ámbito del cine?

Yo creo que eso ha existido siempre. Gente como José Sacristán te dice que toda la vida ha escuchado decir que el cine español se moría y que siempre ha estado en crisis, o la famosa frase de los Lumière que dice: “El cine era un arte sin ningún futuro”. Yo creo que la cuestión es trabajar con los medios que tienes a tu disposición y que necesitas y ser acertado en eso. Una de las virtudes de cualquier artista es saber qué medios requiere y no engañarse, no querer más medios de los que tiene, no querer hacer Avatar con un móvil. Acertar en eso no es fácil y muchas veces la forma de comprenderlo es equivocarte. En el fondo lo digo porque a veces se tiende a exagerar las virtudes de la falta de medios, algunas películas se pueden hacer con falta de medios o con unos medios mínimos y otras con medios máximos. Sí que es verdad que el periodismo español ha estado muchos años defendiendo que la crisis era cojonuda para los cineastas hasta que muchos de sus miembros se han encontrado en el paro o escribiendo gratis para el Huffington Post. Y ahí es cuando han empezado a darse cuenta que quizás no era tan interesante ni estimulante la crisis.

Seguramente que es consciente de la evolución que han tenido sus producciones cinematográficas. ¿Cómo ha percibido ese avance, desde su primera película, Cavan vs Cravan, hasta la última, La Leyenda del Tiempo?

Yo casi diría que al principio me interesaba mucho el cine como caligrafía, como forma de escritura y quizás era un cine más autoconsciente; y después me empezó a interesar más ir al retrato, captar momentos efímeros.  Lo que intento ahora es hacer cosas que me sorprendan, estoy trabajando ahora en una comedia, más política y más esperpéntica.

En realidad tengo ganas de hacer cine de todas las formas posibles. Lo bonito del cine es eso, es una palabra-contenedor de muchas cosas y quiero aprovechar esa polisemia de la palabra cine para hacer cosas que no tengan nada que ver entre sí. En el Festival Jameson Notodofilmfest pasa también lo mismo, puede haber comedia, drama, musical… Me doy cuenta cada día con qué facilidad te encasillan como el que hace películas raras, y yo las quiero seguir haciendo, pero también quiero hacer películas de otros estilos.

En esta convocatoria todos los cortos se publican en internet. ¿Cuál es su opinión acerca de este medio y qué ventajas cree que se pueden explotar?

Yo creo que la clave pasa por tener en cuenta que son experiencias distintas, no es lo mismo una película en un cine que verla en internet o en un teléfono móvil. Cada soporte tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Mi fantasía sería que una película mía se mostrase simultáneamente en todos los formatos, ya que el espectador entiende que va a ver cosas distintas, es decir, a veces hay días que quiero ver una película en el cine y otras en Filmin. Cada una de estas experiencias son perfectamente compatibles. Lo mejor es lanzar las películas y, si tienen cabida, ellas solas acabarán viéndose.

En el caso del festival, por ejemplo, es muy significativo. Notodofilmfest empezó hace doce años haciendo películas de formato corto por internet cuando todavía ni el formato corto ni internet estaban consolidados. Esto le permitió tener una personalidad propia que no se ha perdido todavía.

 
 
 

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