Blanca de la Torre residió y trabajó como comisaria en Nueva York del año 2006 al 2009. En la actualidad trabaja como conservadora asociada en Artium Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria-Gasteiz , “por un lado lo hice por motivos personales, a los que se unía una necesidad de realizar mis propios proyectos en un lugar donde las cosas no dependen tan directamente de los “amiguismos” que puedas tener, sino de las ganas de sacar las cosas adelante”.
De la Torre se reconoce entusiasmada por la forma en la que se llevan a cabo los proyectos en Nueva York: “Me fascinó la manera en la que se desarrollan las cosas, aquí si quieres hacer algo lo haces y punto, no te quedas esperando a que necesariamente una institución te lo financie”.
Blanca empezó trabajando en galerías y pasó brevemente por el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) durante la etapa de inauguración del museo. “Fue una época fantástica, aprendí mucho. Entre otras cosas aprendí que quería desarrollar mis propios proyectos y comencé a hacerlo, todo ello compaginado con trabajos de coordinación de proyectos y cosas por el estilo, que me ayudaban a financiarme sin mantenerme alejada del ámbito del arte contemporáneo”.
A lo largo de su estancia en Nueva York trabajó como comisaria independiente y corresponsal de la revista «Arte al Día Internacional», lo cual la ayudó a estar al corriente de todo lo que sucedía a nivel artístico y en concreto con el arte latinoamericano. Como comisaria llevó a cabo varios proyectos en el Chelsea Museum, White Box y otros espacios alternativos. Además participaba a menudo como comisaria invitada en The Third Ward, en Brooklyn, o como asesora del Grant Programme del Queens Council for the Arts. Al mismo tiempo desarrolló otros proyectos fuera de los Estados Unidos (Praga, Londres, Rótterdam, Polonia), aunque seguía manteniendo su base en Nueva York.
Blanca considera que la ciudad está llena de ventajas y le gustaría poder seguir trabajando en ella: “Nueva York es de alguna manera el centro de todo, no solamente todo pasa por ahí, sino que en muchos casos llega ahí primero. La sensación constante de estar siempre perdiéndote algo bueno a la vuelta de la esquina es increíble”.
Respecto al trabajo de las instituciones españolas en Nueva York la comisaria opina que en la mayoría de los casos se quedan solamente en las buenas intenciones y que muchas veces los recursos son escasos o no se utilizan adecuadamente, “está claro que las políticas de gestión y promoción del arte español han fracasado, si es que en algún momento ha habido algún intento serio de llevarlas a cabo. Las Sociedades Estatales han hecho un buen trabajo, por supuesto, pero con eso no basta. La promoción del arte español no tiene que consistir en financiar una exposición de artistas españoles en un determinado contexto de un determinado país, con esto terminamos cayendo en lo “Folk”. Hay que hacer un esfuerzo para desarrollar una matriz de profesionales y un contexto que desarrolle una estructura artística tanto en el propio país como en el extranjero. En esto se deberían incluir residencias de artistas, programas de visitas a los estudios, agentes de promoción cultural en el extranjero, etc. que vayan estableciendo unas redes que fortalezcan dicha estructura”.
Aunque reconoce que no existe un número significativo de artistas trabajando con instituciones norteamericanas, afirma que el esfuerzo que están haciendo los artistas españoles que residen y trabajan en Nueva York es considerable y admirable, “la gran mayoría están haciendo un gran trabajo, especialmente un gran esfuerzo por salir adelante en esa jungla que te mantiene de manera constante en la cuerda floja. El aprendizaje es continuo y eso me parece crucial para esta profesión. Por otro lado tienen muchas más facilidades para establecer una serie de contactos y una visibilidad que no se consigue desde España. Muchos de los que están ahí se están abriendo camino a base de mucho esfuerzo, y poco a poco dan grandes pasos. Hay que animar a los artistas a que no tengan miedo y hagan lo que realmente quieren hacer”.
De la Torre tiene claro que la situación ideal sería la “transnacionalidad” y no tener que hablar de artistas españoles o no españoles: “a todos nos gustaría eso, pero la realidad es que aún estamos muy lejos de llegar ahí, y mientras tanto no es justo que tu lugar de nacimiento sea tan determinante para desarrollar tu profesión, y debemos luchar porque en cada país se generen las estructuras necesarias para que los artistas puedan hacer un buen trabajo, en buenas condiciones, y por supuesto dar este trabajo a conocer. Hay artistas españoles buenísimos y por supuesto que se debe hacer un esfuerzo para promocionarlos”.
Eva Mendoza Chandas
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