La pintura de Laura López Balza (1984) nos devuelve a un estadio de ingenua positividad y está caracterizada por una suerte de dualidad. Nos propone imágenes de paraísos y jardines donde la vegetación y los animales abundan y son felices, como en los relatos míticos, o bien escenas del placer cotidiano, de nuestro rincón favorito de casa o del lugar de las vacaciones familiares.

Con su explosiones cromáticas, estas pinturas subliman una erótica de lo sensorial, especialmente de lo visual pero también de lo palpable. Evocan lo inaprensible, lo misterioso y atávico, tanto como lo diario y simple, trayendo a los ojos del espectador recuerdos de numerosos artistas, desde Roy De Forest a Alex Katz.

López Balza es creadora de mitologías personales, donde caben lo fantasmagórico y excéntrico, la ironía y el humor. Sus personajes y sus temas nos hacen pensar en una fuerte identificación con su trabajo a nivel personal, tanto experiencial como aspiracional. La realidad y el deseo, nuevamente.

Laura López Balza (Arenas de Iguña, Cantabria, 1984) es licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco y grado en Filosofía por la Universidad de Valladolid. Realiza exposiciones desde 2009. http://www.lauralopezbalza.es/

—–

Imágenes:

01. El origen
02. El Puntal
03. Sobremesa en familia
04. Tarde campestre
05. Valle de la fuente de la eterna juventud
06. Archipiélago calizo
07. Bosque
08. Brisa nocturna
09. El escondite
10. El mejor de los mundos posibles o criadero de unicornios